CALAMANDREI, PIERO
PrólogoI. De la fe en los jueces primer requisito del abogadoII. De la urbanidad (o bien de la discreción) de los juecesIII. De ciertas semejanzas y diferencias entre jueces y abogadosIV. De la llamada oratoria forenseV. De cierta inmovilidad de los jueces en audiencia públicaVI De ciertas relaciones entre los abogados y la verdad, o bien de la justa parcialidad del defensorVII De ciertas aberraciones de los clientes, que los jueces deben recordar en disculpa de los abogadosVIII De la predilección de abogados y jueces por las cuestiones de derecho o por las de hechoIX Del sentimiento y de la lógica en las sentenciasX Del amor de los abogados por los jueces y viceversaXI De algunas tristezas y heroísmos de la vida de los juecesXII De cierta coincidencia entre los destinos de los jueces y de los abogados
En "Elogio de los Jueces escrito por un abogado", "el profesor abandona un día sus severas especulaciones científicas y pone su ingenio, de fama internacional, en el ara de la más excelsa virtud y al servicio de su sacerdocio, para rimar en verdaderas poesías el canto y loa de su amor por la función judicial. Porque enfrentarse con la plebeyez de las preocupaciones contra la justicia y sus servidores, divulgadas en todos los tiempos y con virulencia corrosiva en los actuales, requiere la vocación prócer del sacrificio de otro hidalgo, que cual el de nuestro Cervantes, aleje con su fuerte brazo a los malandrines que les acosan. Seguramente no ha de faltar intención a muchos para mantear también a nuestro héroe, a quien no podrá alcanzar nunca la ofensa de torpes acometidas".