SÁNCHEZ OTERINO, LUIS
El 15 de marzo de 2020 será un fecha recordada por todos. Ese día, millones de personas nos encerramos en nuestras casas por orden gubernativa, para intentar evitar la expansión de un enemigo invisible que llegó de repente y en poco tiempo vació las calles y llenó los hospitales y las morgues. Ese día, con 6300 infectados y 190 fallecidos, una sociedad confinada, adormecida y atónita, recibió una bofetada de cruel realidad que la llevó a refugiarse en sus balcones, viviendo una insólita situación para la que nadie la había preparado: un encierro domiciliarioy un estado de alarma general por primera vez en democracia. Las élites económicas, los políticos, los empresarios, los trabajadores y los más desfavorecidos compartieron por primera vez algo. El miedo, la incertidumbre, la desconfianza, las noticias falsas y las acusaciones conformaron un lienzo que pintamos sin ser conscientes de ello entre todos. Pero unos eligieron el cubismo, con su geometría y aristas y sin perspectiva clara, otros el impresionismo, a pinceladas de colores puros, algunos el expresionismo con tonos violentos y deformadores de la real